CONFIAR O DUDAR

 Confiar o dudar

Escrito de Alicia Sánchez Montalbán


Cuando era pequeña, mi madre me repetía constantemente que era demasiado confiada, que las cosas que me sucedían podrían evitarse, si yo no confiara tanto en la bondad de la gente, porque la gente tiene sus propios intereses. Pero, a pesar de los desengaños, que ahora sé que eran aprendizajes, yo seguía confiando. Creo que la confianza fue y ha sido mi mayor virtud. 


Confiar. Confiar en las personas y en la magia de la vida. Confiar en que todo está en su sitio y en que yo puedo afrontar lo que llega. Confiar en que los guías existen y nos hablan… Uy, eso sí que cuesta. Tanto tiempo viviendo de espaldas a esa realidad que, cuando llegó a mi vida, pensé que me lo inventaba todo. ¿A quién no le ha pasado?


Porque una cosa es confiar en uno mismo y en la vida y, otra muy diferente, abrirse por completo a la realidad sutil, esa cosa rara, llena de seres invisibles, en la que las leyes de la energía mandan, en la que todo es nuevo y distinto, y, sobre todo, en la que nuestras creencias antiguas tienen que caer para que pueda abrirse paso la conexión completa. 


Esa conexión completa llega de la mano de la confianza completa. Yo lo he vivido y, si me ha pasado a mí, también puede pasarte a ti. Se trata de una decisión: confiar o dudar. Si dudo permaneceré donde estoy, hasta que decida confiar. Nada cambiará, mis capacidades psíquicas quedarán ahí, a la espera de que las desarrolle. Si confío avanzaré, porque la confianza es la llave que abre la puerta del mundo sutil.


El día en que decidí dejar de dudar, confiar al cien por cien, empecé a canalizar el libro que me convertiría por fin en la escritora que siempre había deseado. Eso fue en el año 2012. El libro no solo continúa vendiéndose sin parar, sino que tras él llegaron once libros más. Todos canalizados. Todos, producto de la confianza. 


Confiar parece difícil, pero en realidad es muy fácil: llega la sensación y, en vez de descartarla, la doy por buena. Entonces se abre lo que viene detrás. Yo lo percibo, lo acepto, confío y la energía se mueve para mostrarme más. Como no dudo, no niego lo que estoy viendo o sintiendo, en conexión con mis guías y con mi alma, y entonces ellos pueden seguir mostrándome más cosas. Me muestran porque yo acepto su guía, al confiar, al no dudar. 


A confiar se aprende confiando. Cuanto más confío más fácil me resulta confiar. Se trata de una decisión que está en mi terreno: confiar o dudar. Ya lo he dicho.


¿Qué decides tú?


Hemos creado un ciclo de 21 días de conexión con tu guía espiritual, para ayudarte a confiar en tu capacidad de canalizar, a ser constante y a desarrollar tus capacidades psíquicas, eligiendo confiar en lo que vas a percibir. Échale un vistazo. Tal vez descubras que es para ti.


QUIERO CONECTAR CON MI GUÍA PREFIERO CONOCERLO PRIMERO
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